jueves, 6 de junio de 2013

CAPÍTULO 2.


CAPÍTULO 2.


En capítulos anteriores: 

Y justamente, cuando más confiada estoy, mete su pierna entre las mías,  se suelta un poco de mi agarre, y hace que pierda el equilibrio.
Pero, antes de que caiga al suelo, agarra fuertemente mi cintura con sus dos manos y me sujeta el en aire. Los dos con las caras muy cerca. Demasiado para mí gusto. Pongo una mueca de asco y a él se le escapa una pequeña sonrisa. Se endereza poco a poco y me ayuda a levantarme. Noto todas las miradas de las animadoras en mi nunca. Miradas de un odio muy profundo. 

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Prometo que la seguiré, pero ahora mismo tengo que estudiar y todas esas mierdas, lo siento muchísimo. Love. 

lunes, 3 de junio de 2013

CAPÍTULO 1.


CAPÍTULO 1.


Chillidos y más chillidos. No escuchaba nada a partir de ellos. Estando con mi gran amiga Susana a diez milímetros de distancia, no lograba escuchar nada de lo que me decía, simplemente escuchaba los chillidos de todas esas estúpidas animadoras. Nunca me han caído bien, aunque tampoco es que yo lo haya intentado. Siempre me han parecido unas chicas sin cerebro, que lo único que les importa es lo físico, y, en verdad, ¿para qué quiero yo amigas así? Si soy todo lo contrario a ellas. Otra oleada de chillidos, pero estos aún más agudos y altos. Ya esta, han llegado al límite. Cogiendo mi mala leche y toda mi chulería, me acerco a ellas.  

-¿Se puede saber que os pasa? ¿Se os ha roto una uña o algo?

Algunas de ellas, las que menos chillan, se giran, y me miran con cara de asco. Me revisan de arriba a bajo, analizándome, y al terminar, mueven la cabeza a ambos lados, dándome una votación negativa. ''Respira, Lou, respira.'' Y más gritos. Ag, ¿cómo pueden ser tan..tan..repelentes?
Me doy cuenta de que todas miran un punto fijo del aparcamiento del instituto, por lo que giro mi cuello. Y entonces lo veo. Apoyado sobre un descapotable rojo, con unos vaqueros azules oscuros, un camisa medianamente abierta, y su pelo moreno en cresta. Veo brillar dos de los pircings que tiene en cada oreja. Un malote, de los que a mí me gustan. Y, de repente, sonríe, y muestra esa sonrisa que mata a mogollones de chicas. Choca la mano con uno de sus amigos, y se endereza. Los gritos se vuelven aún más altos. Veo como camina hacia nosotras. Le dirige una mirada pícara a cada una de las animadoras y después se centra en mí. ''Já, no pienses que yo me voy a poner a chillar así. Por muy bien que estés, yo no soy como ellas.'' Sigue clavando la mirada en mí, esperando encontrar la reacción de todas las animadoras en mi cara. Pero esa reacción no llega. Y se extraña. Camina hacia mí con paso decidido y yo cruzo los brazos por debajo de mi pecho. ''Chula soy un rato.''
Esboza una media sonrisa. Antes de que me cuenta, ya está a menos de un metro de mí. Nerviosa estoy, pero soy demasiado orgullosa.  Tres pasos más, y ya lo tengo enfrente mío. Podía alargar un poco la mano y acariciarle la mejilla. Sigue clavando su mirada en mis ojos. ''Nos podemos estar así todo el día, majo.'' Los gritos cesan. Veo por el rabillo del ojo como Susana se acerca lentamente a donde estoy. Pobre, ya no me acordaba de ella. Noto una mano en mi cintura. Vuelvo a poner mi atención sobre aquel chico. Cada vez más cerca. Y más. Cinco milímetros. Se agacha, y yo aprovecho ese movimiento para hacerle una llave que me enseño mi padre para defenderme de psicópatas y chulos como él. Le agarro el brazo que tiene sobre mi cintura, se lo retuerzo y se lo coloco detrás de la espalda. Le hago una mini-zancadilla, y coloco su cuerpo de espaldas al mío. Me fijo en su rostro. ''Joder, es perfecto.'' Muestra una mueca de dolor. ''Genial.'' Sonrío y le retuerzo algo más el brazo. Se le escapa un pequeño y débil grito. Y justamente, cuando más confiada estoy, mete su pierna entre las mías,  se suelta un poco de mi agarre, y hace que pierda el equilibrio.